Quisiera decirte que no noté cuando todo se fue al carajo, pero somos un cliché y como tal, nuestra relación estuvo llena de los mismos errores que cometen todas las parejas, errores que ahora parecen pretextos para mandarnos al diablo. De pronto, tus besos me raspaban los labios y tus caricias eran compromiso. Tu hartazgo y mi absoluta entrega contrastaban demasiado; y sin embargo, no te importó, decidiste herirme en lugar de dejar que me fuera. Me fui quedando para dejar de reclamar mi espacio y vivir sólo en el tuyo.